VENECIA.- El lujo y el glamour se han adueñado de Venecia en los días previos a la apertura al público de la 56ª Bienal de Arte de Venecia, la gran fiesta del arte internacional a la que no han faltado famosas como Cate Blanchett o Salma Hayek.
Blanchett desató el furor de sus seguidores en la ciudad de los canales cuando hizo su aparición en la inauguración del pabellón de Australia, en el complejo de los Jardines de la Bienal.
Bajo las ráfagas de luz provocada por los incesantes flashes de las cámaras de los fotógrafos y también de los curiosos que se acercaron a verla, la musa de Armani hizo gala de su elegancia y, luciendo un vestido verde salvia, siguió con atención la explicación de la artista Fiona Hall.
Hall presentaba su exhibición «Wrong Way Time», comisariada por Linda Michael, que estará expuesta al público durante los siete meses en los que permanecerá abierta la Bienal, desde mañana y hasta el 22 de noviembre.
Además de la australiana, por Venecia también se han dejado ver la actriz Salma Hayek y su esposo, el empresario francés François-Henri Pinault, y también Julie Gayet, la pareja del presidente francés, François Hollande. Los tres en la cena de gala organizada por la Fundación Giorgio Cini.
La modelo mexicana Adriana Abascal, Barbara Berlusconi, Carlota Casiraghi o la estilista Fiona Swarovski fueron otros rostros famosos que han estado días en Venecia.
Esta cita del arte contemporáneo también ha reunido en esta ciudad del norte de Italia a empresarios y a otras personalidades del mundo del espectáculo que, invitadas por los artistas del más alto nivel, han asistido a las inauguraciones de los distintos pabellones participantes en esta Bienal, que cumple 120 años.
También se han celebrado fiestas privadas y exclusivas, a las que solo se podía acceder con invitación, en palacios venecianos o en los distintos yates que desde el pasado 4 de mayo desfilaban por el Gran Canal.
Desde primera hora de la mañana, el común de los mortales podía ver cómo el personal de estos gigantes barcos de lujo sacaba brillo a su cubierta, mientras los propietarios tomaban el sol o desayunaban con la vista puesta en las aguas venecianas.
Unos aspectos más llamativos de estos días ha sido ver cómo la ciudad se convertía en un constante desfile de personas que lucían sus mejores galas, algunas tan extravagantes que no eran aptas para los gustos más clásicos.
Desde vestidos con lentejuelas y brillantes hasta pamelas de flores, pasando por chaquetas de vivos colores y tejidos de gasa para ellas, mientras que el clásico traje de chaqueta oscuro y liso o de rayas americanas era el más utilizado por los hombres.
Las altas temperaturas no han servido de impedimento para que el público que ha visitado la 56ª Bienal de Arte en estos días portara sus mejores prendas, como tampoco lo han sido las hordas de gente que accedían a los «vaporetto» para navegar por el Gran Canal.
Y es que Venecia ya es de por sí una de las ciudades italianas más visitadas durante todo el año, e incluso puede llegar a tener hasta 20.000 turistas por día recorriendo cada uno de sus rincones en temporada alta.