El paquete vacacional “todo incluido” predominante en nuestros resorts no impide que muchos turistas salgan del hotel en excursiones. Esto beneficia al hotelero porque así no consumen las bebidas, comidas y otros servicios ya pagados.También beneficia a los proveedores de las excursiones, casi siempre locales. Pero tan importante es la derrama económica que producen como la imagen que del país deriven los excursionistas. Si queremos que regresen, el reto será conseguir que esa imagen produzca mayor satisfacción.
Al presentar las facetas del país que no se consiguen en el hotel, las excursiones completan una imagen más amplia y rica para los recuerdos. Los más inclinados a hacerlas son probablemente los turistas que nos visitan por primera vez. Ellos pueden presumirse como los más activos y, por tanto, los más prestos a contar su historia a amigos y parientes al regresar a su país. También serían los más dispuestos a volver sin el “todo incluido”. De ahí que las excursiones deben mirarse como un alicate de la promoción turística y un aliciente para los touroperadores internacionales.
Ellas son nuestra principal “oferta complementaria”. Lideradas casi siempre por guías, los turistas participan de ellas para conocer algún atractivo, realizar alguna actividad específica o pasearse por nuestra geografía. Las que se hacen desde los diferentes polos turísticos tienen un itinerario predeterminado y una duración de menos de 8 horas. Usan autobuses, camionetas y camiones (adaptados para esos fines), carros, motores, buggies, lanchas, catamaranes, etc. de diferentes tipos. A la mayoría de los excursionistas se le recoge en el hotel y se le regresa al finalizar la excursión.
No se conoce ni el volumen de excursionistas ni los ingresos derivados. Pero se pueden hacer estimados gruesos rápidamente. Si a la Isla Saona, por ejemplo, la visitan anualmente unos 400,000 turistas extranjeros, a Los Haitises 120,000, Jarabacoa unos 80,000, y si unos 50,000 avistan las ballenas de Samaná se podría concluir que aproximadamente unos 800,000 hacen excursiones en el año. Eso permite estimar en un 17-20% del total de los extranjeros llegados en el 2013 por vía aérea (4,064,754), sin contar los dominicanos no residentes que visitan al país (625,016).
El estimado de los ingresos es más resbaloso. Esto así porque los precios de las excursiones varían significativamente y no se tienen datos ni indicios de la distribución por categoría. Según un informante autorizado, los precios por excursión pueden variar desde los US$30 a los US$150, sin contar lo que pueda gastar el turista de su bolsillo. Si asumimos un gasto promedio total de US$100, todos los excursionistas gastaron entre US$80 y US$100 millones el pasado año.
La oferta actual de excursiones es sorprendente. De las 355 actividades turísticas listadas en el sitio TripAdvisor (http://www.tripadvisor.es/Attractions-g147288-Activities-c25-Dominican_Republic.html) como ofertadas por el país, dos terceras partes calificarían como excursiones. Estas aparecen “rankeadas” en función del grado de satisfacción del cliente, pero las que mejor posición tienen no son necesariamente las más populares. De todos modos, esta clasificación no es representativa porque los turistas que se toman la molestia de reportar sus evaluaciones introducen un sesgo estadístico.