El hospital regional docente Doctor Antonio Musa en San Pedro de Macorís lejos de destacar por la atención que brinda, lo hace por el estado de deterioro en que se encuentra.
Al llegar al centro de salud, que por su naturaleza debe primar la impecabilidad, te da la bienvenida una edificación con un notorio desgaste, que parece mucho más antigua de lo que realmente es. Fue inaugurado en el 1999 y sus paredes piden a gritos una inmediata intervención. Techos colmados de filtraciones, maquinarias oxidadas y
mobiliario escaso y en mal estado describen el descuido de la planta física y el abandono.
El centro tiene más de dos años que fue intervenido para una remodelación y hasta el momento solo 18 habitaciones han sido remozadas, y aún están en desuso, situación esta que limita la capacidad de atención a los pacientes, en uno de los hospitales con mayor demanda, pues debe dar respuesta a los referidos de los centros de toda la zona Este.
La emergencia, que atiende a diario un promedio de 300 a 400 personas por día es de las zonas más críticas. Cuenta con solo 5 cubículos para adultos, habilitados para dos camas, por lo que una gran cantidad de pacientes que llegan con alguna situación de salud, tienen que esperar parados, en pasillos oscuros y polvorientos, condiciones inapropiadas.