Toda la gente que está a dieta trata de adelgazar lo máximo posible evitando ciertos alimentos para primar otros, pero en ocasiones se olvida de un aspecto muy importante: el horario de las comidas.
El pasado enero, un estudio realizado por investigadores de las universidades de Murcia, Harvard y Tufts llegó a la conclusión de que lo más determinante para adelgazar, más si cabe que aquello que comemos, es la hora en que se realiza la principal comida del día. “Nuestros resultados indican que aquellos individuos que retrasan hasta tarde la comida principal del día –después de las 15:00 horas– muestran una pérdida de peso significativamente menor que los que comen más temprano”, explica Marta Garaulet, catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia y autora principal del estudio.
Se trata de unos horarios a los que no estamos acostumbrados los españoles pero, en cualquier caso, todos los estudios apuntan a que cenamos demasiado tarde, algo que no sólo tiene consecuencias para nuestra dieta, también para nuestro descanso nocturno. Los científicos han relacionado las cenas tardías con la obesidad, y no sólo porque al comer más tarde gastemos menos calorías, sino porque ingerimos más. En ningún caso debemos cenar menos de tres horas antes e irnos a la cama.