Hace 20 años que Miguel Céspedes y Raymond Pozo solo pedían una oportunidad. Nunca soñaron con el éxito que hoy disfrutan, ni mucho menos en convertirse en referentes del humor, y ser en los comediantes más respetados y premiados de todos los tiempos.
Su agredecimiento a Juan Ramón Gómez Díaz, presidente de Telemicro, será eterno, porque les abrió las puertas del canal 5 y confió en sus talentos. Con Pozo y Céspedes se da la particularidad que sobre el crecimiento de sus carreras han forjado una amistad, según ellos, inquebrantable y el mayor legado de estos 20 años.
Para celebrar esa gran amistad y los 20 años de carrera, los humoristas presentan el show de humor “Tour 20 años”, el próximo 29 de diciembre en el Teatro La Fiesta del hotel Jaragua, a las 9:00 de la noche. “Lo más importante ha sido la amistad que tenemos, que cuidamos y respetamos. Hemos sido ejemplo, que en un medio como este, en donde el dinero, el ego y los conflictos afloran en las relaciones, nosotros hemos demostrado que nuestra relación está por encima de todos esos intereses”, expuso Pozo.
De la misma manera lo expresó Miguel, quien aseguró que esa amistad solo la termina Dios. “Nosotros no tenemos secreto, respetamos las decisiones de cada quien. No existe esa envidia, que si uno es más exitoso que otro. Somos hermanos, compadres, nos aconsejamos y lo acatamos”, dijo Céspedes. “Miguel es mi sangre. Una amistad y un respeto que surgió sin proponerlo, ni idearlo, simplemente nació. Nos conocimos solteros, nos casamos, formamos nuestras respectivas familias y nuestros hijos, somos como hermanos. Esa es nuestra mayor bendición en estas dos décadas de carrera”, confesó Raymond.
CONVERTIDO AL EVANGELIO
Hace unos años Raymond se convirtió al evangelio, y ha entregado su vida al Señor, a pesar de que ha continuado con su trabajo normal. Miguel también llegó a la iglesia, pero no porque su compadre lo convenciera o le predicara. “Me acerqué a Dios por convicción, porque lo sentí simplemente”, confesó Miguel. Mientras que Raymond contó “Nunca le prediqué, ni le pedí que se acercara a la iglesia. Lo único que hice fue orar por él y su familia y Dios hizo el resto”.