El presidente Nicolás Maduro denunció ayer jueves la desarticulación de una presunta conspiración para derrocarlo en la que estarían implicados opositores locales y destacó que un grupo de oficiales de la aviación militar venezolana, entre ellos un general, fueron detenidos por su supuesta relación con esos hechos.
El plan, según el mandatario, estaba dirigido a ejecutar un “golpe de Estado” y asesinarlo junto con otros dirigentes oficialistas. El mandatario dijo que “la estrategia trazada desde Washington” consistía en “artillar un avión Tucano y atacar el Palacio de Miraflores… o donde yo participara” en los actos conmemorativos convocados por el oficialismo con motivo del Día de la Juventud, dijo Maduro en un acto de gobierno televisado. Afirmó que el Tucano sería traído del exterior, por lo que ordenó “alertar” a gobiernos vecinos, entre ellos Colombia, para que eviten cualquier incursión desde sus territorios.
Contra la democracia
“Hemos desarticulado, hemos desmantelado un atentado golpista contra la democracia, contra la estabilidad de nuestra patria. Se trata de un intento de utilizar a un grupo de oficiales de la aviación militar para provocar un hecho violento, un atentado, un ataque”, insistió.
“Están presos los conjurados… estamos desmantelando el resto de este atentado golpista”, destacó Maduro.
El gobernante -a semejanza de su predecesor, el difunto presidente Hugo Chávez- ha denunciado durante sus casi dos años de gobierno unos seis planes de magnicidio y cerca de dos decenas de actos de sabotaje y complot.
La oposición ha desestimado esas denuncias asegurando que forman parte de una estrategia del oficialismo para distraer la atención de los venezolanos de los problemas graves que padece el país.