La gente de este paraíso terrenal no sabe lo que tiene, no aprovecha su extraordinaria belleza natural, ni su potencialidad turística, ni la inversión en infraestructura. Se la pasa peleando con fantasmas.
Desde principios de los años noventa– aprovechando los incentivos para el desarrollo del sector turístico–, se conformó en este municipio un sistema energético aislado gracias al emprendimiento, la visión y el sentido de oportunidad del ingeniero José Oscar Orsini Bosch, que constituyó para tales fines la compañía Luz y Fuerza para ofrecer servicios de electricidad.
En el momento de su instalación, la empresa de Orsini Bosch llevó a los habitantes del municipio un servicio que no existía hasta entonces, que llenó su cometido y resolvió un gran problema comunitario, pero con el paso del tiempo ese modelo aislado se ha constituido en un auténtico problema público.
Luz y Fuerza no ha hecho las inversiones requeridas para mejorar su matriz de costos de generación porque las empresas generadoras pertenecen a los mismos dueños que generan, distribuyen y comercializan la misma energía, constituyendo un oligopolio ilegal que centrifuga su enorme ganancia a costa de un servicio excesivamente caro.
Genera la energía a un costo promedio de 40 centavos de dólar el kilovatio hora, y la población de Las Terrenas la paga a 45 centavos de dólar, probablemente la más cara del mundo.
A partir de esa evidencia, la Superintendencia de Electricidad determinó que la solución al problema consiste en interconectar Las Terrenas al resto del sistema eléctrico mediante la construcción de una línea de media tensión, de 34.5 Kilovatios, que una a Las Terrenas con el municipio de Samaná
Esa línea de transmisión se inició a finales del año pasado y estará lista en unas cuantas semanas. Las reducciones que se esperan en el costo de las tarifas podrían alcanzar el 50 por ciento.
Conflictos, causas, consecuencias
El proceso, sin embargo, ha encontrado adversarios. La empresa Luz y Fuerza maniobra, mediática y legalmente, para obstaculizar y detener la construcción de la línea de transmisión porque teme perder el gran negocio que le significa vender energía a precios muy por encima del mercado.
La decisión del gobierno es firme y al parecer la solución para Las Terrenas está a la vuelta de la esquina. No obstante, es legítima la actuación de Luz y Fuerza en la defensa de sus intereses, a despecho de que pueda cuestionarse sus niveles de responsabilidad social. Lo que realmente resulta extraño es el comportamiento de una parte del liderazgo comunitario y la falta de reacción de las fuerzas sociales y empresariales de las Terrenas ante los peligros que se ciernen sobre su propia economía…
Porque se están promoviendo nuevas protestas con reclamos descabellados, a pesar de que las exigencias originales han sido atendidas y las soluciones están cada vez más cerca. La interconexión y la consecuente rebaja en la factura eléctrica es un logro del liderazgo comunitario después de una lucha de años.