Dos mujeres. El ambiente de un hogar y una historia cotidiana forman parte de la propuesta fílmica de dos jóvenes que pretenden presentar una forma diferente de hacer cine.
“Tú y yo”, es el primer trabajo cinematográfico realizado por la dominicana Natalia Cabral y el español Oriol Estrada, quienes han presentando este filme en el festival Visions du Réel de Nyon 2014, Suiza; en el festival de Trinidad y Tobago, en el que ganaron un premio al Mejor Largometraje Documental.
Este 19 de noviembre se hará la presentación en República Dominicana dentro del marco del Festival de Cine Global Dominicano, a las 9 de la noche en el cine de Blue Mall.
Para los autores es de mucha emoción presentar este material en el país ya que lo rodaron aquí, y aunque lo editaron en Barcelona y se ha presentado en otros festivales, están a la espera de la respuesta del público local.
La historia que cuenta esta pareja de cineastas está basada en la relación de una viuda de 70 años y su criada, quienes viven juntas en un pequeño apartamento en Santo Domingo.
“Se trata de la vida cotidiana de una señora de casa y su empleada. Comparten, se disgustan, se reconcilian y siguen como antes”, relata Natalia.
El filme tiene una duración 86 minutos y 30 segudos.
Cómo lo hicieron
Estos dos cineastas han creado esta producción con pocos recursos materiales y tecnológicos, pero por lo que contaron a listindiario.com, le dedicaron todo su tiempo y corazón para lograr algo novedoso.
Con un equipo de cámara y sonido, Oriol y Natalia se mudaron por unos tres meses al apartamento de su protagonista, Francisca Pérez de Sosa, para reflejar la cercana relación entre ella y la muchacha del servicio, personaje interpretado por Paula Lebrón.
“No teníamos guión, no sabíamos lo que iba a suceder, pero estábamos allí, observando a estas dos mujeres y notando que nuestra presencia les era indiferente”, cuenta Natalia.
A ello, Oriol le agrega que la relación entre ambas les dio la oportunidad de capturar imágenes y sonidos en los cuales percibieron “la belleza en la simplicidad de la vida cotidiana”.
“Después del rodaje, pasamos meses en edición tratando de construir una historia mediante las imágenes y sonidos capturados”, señala Oriol.
El resultado, continúa, es una película que se hizo con mucho cariño y fue posible “gracias a unos ahorros y al misterioso entendimiento que puede ocurrir entre cuatro personas que intentan realizar una película en un mismo espacio”.