CIUDAD DEL VATICANO, – El Papa dio ayer una “vuelta de tuerca” a los obispos advirtiéndoles primero que su cargo “no se compra” y publicando después una ley que permite a las autoridades competentes de la Iglesia pedir la renuncia a cualquier pastor por “circunstancias particulares”, entre ellas escándalos públicos.
“Los obispos están puestos a la cabeza de las comunidades cristianas como garantes de su fe. Comprendemos, entonces, que no se trata de una posición de prestigio, de un cargo honorífico”, señaló Francisco durante una audiencia pública en la Plaza de San Pedro.
Al reflexionar sobre la estructura de la Iglesia católica, ante más de 15 mil personas, sostuvo que “el episcopado no es una honor, sino un servicio”, porque “así lo quiso Jesús”.
“No debe haber puesto en la Iglesia para la mentalidad mundana. La mentalidad mundana dice: ‘Pero este hombre hizo carrera eclesiástica’, ¿llegó a ser obispo? No, no. En la Iglesia no debe haber espacio para esta mentalidad. El episcopado es un servicio, no para alardear”, añadió.
No es la primera vez que el obispo de Roma se pronuncia contra el clericalismo, el abuso de poder, el “carrierismo”, la vanagloria y la ambición en la Iglesia católica. En realidad son temas que toca de manera frecuente.
Pero esta vez fue diferente, porque apenas un par de horas después de su catequesis, la sala de prensa del Vaticano dio a conocer un documento legal firmado por Jorge Mario Bergoglio que –entre otras cosas– permitirá a las autoridades eclesiásticas pedir la renuncia anticipada a sus puestos a los obispos que protagonicen escándalos.