SANTO DOMINGO. La designación de la doctora Altagracia Guzmán Marcelino como nueva ministra de Salud Pública en un momento en que se cuestiona la politica de salud del Gobierno, busca apagar el fuego de la crítica que recibe el Gobierno producto de la indignación general que provocó la muerte de 11 niños el pasado fin de semana en el Hospital Infantil Robert Reid Cabral, supuestamente provocada por deficiencias de atención médica y de gestión.
Empero, diversos sectores sociales niegan que haya habido «negligencia médica», sino desatención por parte del Gobierno hacia ese hospital y la sanidad pública en general y consideran que lo que ocurrió es un retrato de la condicion general de los hospitales dominicanos.
A juicio del actual presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), el problema es que al sistema de salud hace más de veinte años que no se le otorga el presupuesto correcto para todos los programas.
Para Pedro Sing, el Robert Reid no estuviera tan colmado de pacientes si tuviéramos una atención primaria que funcionara.
Mientras el desconcierto por el deceso de los infantes, hizo que varios sectores y personalidades del país demandaran sanciones drásticas para los responsables.
La vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández, fue una de ellas. Reclamó sanciones sin precedentes y advirtió que ese hecho no debía volver a ocurrir.
También en el Congreso Nacional, tanto legisladores como la misma presidenta del Senado de la República, Cristina Lizardo, consideraron que esta falta médica conllevaba castigos.
El Fondo de Infancia para las Naciones Unidas (UNICEF), Consejo Nacional para la Niñez y Adolescencia (CONANI) y la Iglesia Católica, también se pronunciaron al respecto.